jueves, 16 de agosto de 2007

11-08-07: Aeropuerto de Oslo

Cuando por fin llegué al aeropuerto de Oslo me sentí como liberado.

Ya estaba en Noruega, por fin había dado un paso, ahí estaba yo.

Un aeropuerto bastante grande, mas que el de Málaga, mucho mas que el de Almería y nada impresionante en comparación con el de Gatwick (y mi padre dice que es de los malos… ¿¿donde demonios ha ido el??).

Las últimas semanas le había pillado el truco a esto de los aeropuertos, pero esta vez el reto era un poco más difícil, ¿cómo hay que hacerlo para el trasbordo? Al facturar en Málaga marcaron mis maletas con destino a Bergen, así que supuestamente las pasaban al otro avión los del aeropuerto. Tenía casi dos horas hasta el siguiente vuelo, así que podía tomarme mi tiempo para buscar un cartelito que pusiera “transit” y tirar para allá a buscar mi siguiente vuelo.

Naturalmente, esto era el plan original, que no tuvo nada que ver con la realidad.

Primer palo, no pone “transit” en ninguna parte, sino algo como “vuelos internacionales” y “vuelos nacionales”. Y ante la duda ya se sabe, preguntar (y no lo otro que estabais pensando).

Engancho a un trabajador del aeropuerto y le digo que tengo que coger un vuelo a Bergen ahora, a lo que me responde que tengo que ir a recoger mi maleta (mis maletones) y tirar al “custom” a preguntar. Después de un rato de explicarle que no, que mis maletas están marcadas para Bergen, que yo solo tengo que hacer trasbordo, el noruego, que tenia un ingles estupendo y una paciencia de santo, me dijo que ya lo sabia, pero que en Noruega se hacia tal y como me había explicado.

Cambio de planes, a recoger la maleta. Mi experiencia anterior cogiendo maletas ha sido siempre igual: sales del avión, tiras para la sala de recogida de maletas, localizas la cinta transportadora de maletas que corresponda a tu vuelo y al rato empezara a moverse y soltar maletas del vuelo.

En Oslo, no.

Aquí nada más llegar ya había maletas en movimiento en mi cinta, mas que nada porque la cinta llevaba maletas de tres vuelos en vez de uno solo. Y si no eche media hora mirando maletas no se cuanto eche.

Por alguna razón ninguna de las maletas que salían eran del gusto de los presentes. Vi pasar un carrito para bebes, una guitarra, un par de maletas azul difuminado y nosecuantas maletas negras unas quince veces antes de que mis maletas se dignaran a aparecer. Tiempo en el cual me dio tiempo a pensar que podía estar en la cinta equivocada, que las maletas realmente las habían llevado al avión y estaba ahí haciendo el primo, que mis maletas estaban en Rusia o algún sitio similar o que estábamos todos mirando las maletas de los del vuelo de al lado por eso de que nadie cogía nada.

Cuando por fin tuve mis maletas a mano y pude hacerme camino como pude hasta el “custom” que no se llamaba “custom” sino otra cosa que no recuerdo, me atendió una mujer mayor con pinta de alemana. Debía ser la típica guiri que se pasa todos los veranos en España, porque cuando vio mi pasaporte empezó a hablar en español, y bastante bien por cierto.

Lo que no me pareció tan bien fue lo que me dijo.

Por lo que creí entender, decía que no me daba tiempo a tomar el siguiente vuelo ya que quedaban como 15 minutos para que saliera. Mire el reloj de mi móvil (la hora en Noruega es la misma que en España) y vi claramente que eran las 17:35, mientras que la hora de mi siguiente vuelo era a las 18:55.

Era evidente que la vieja le había estado dando a la botella toda la tarde y de paso se había metido un par de canutos entre pecho y espalda, porque lo que me estaba explicando no tenia sentido.

Cuando volvió a explicármelo me entere un poco mejor, aunque no del todo. Por lo visto lo que no me daba tiempo era la facturación, por lo que me decía que dejara mis maletas en la cinta transportadora y que tomara el vuelo, y al llegar a Bergen declarase el equipaje como perdido, mandándome ellos el equipaje en un día o dos.

En este momento estaba claro que los efectos de la marihuana en una mujer vieja, gorda y con canas son totalmente desastrosos para la salud de un turista.

No podía dejar mi equipaje a tontas y a locas por ahí y confiar en que encontrasen donde vivo mas adelante, porque nunca se sabe, así que viendo mi reticencia a abandonar mi equipaje a su suerte la amable señora me cambio de vuelo a uno a las 20:35 anotando con boli sobre el billete, ya que si en España las impresoras de DNIs electrónicos revientan cuando yo me acerco a ellas, en Noruega el mismo efecto se aplica a las impresoras de billetes.

Tras perderme un poco por el aeropuerto y encontrar la zona de facturación, el tipo que había allí me dijo que me habían cambiado de vuelo porque el que quería coger estaba lleno. Hurra por el overbooking y por las buenas explicaciones que te dan en los aeropuertos.

Me tocaba un buen rato de esperar sentado viendo españoles pasar, porque los españoles esta claro que estamos invadiendo el mundo. Vayas donde vayas es sencillísimo escuchar a un español pasar, normalmente quejándose por algo. Si yo hubiera ido acompañado seguramente también lo habría hecho, pero como yo voy solo y a la aventura pues me guardo las quejas para escribirlas aquí.

En esta espera aproveche para ventilarme un bocadillo de salchichón que llevaba en la mochila y echar de menos un trago de agua, aparte de tener la duda de si sacar o no dinero para comprar agua, ya que a lo mejor tenia que pasar mas controles de estos de seguridad y si empezaba a tener que sacar moneditas con lo harto que estaba ya de los controles… finalmente decidí que me aguantaría la sed hasta Noruega y que allí sacaría dinero con mas tranquilidad (que inocente).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé como te han dado una beca Erasmus sin ponen ni un acento (tilde) en tu escritura. Por cierto, pronto estaré como tú en el aeropuerto de Oslo, porque voy a ver a mi hijo que está haciendo un Erasmus allí; espero no tener problemas, él no los tuvo y está muy contento. Espero que también lo estés con tu curso. Saludos.
E.

Jonatan-Norway dijo...

bueno, la verdad es que aproximadamente las 10 primeras historias creo que las escribi sin preocuparme mucho por las tildes (apenas las que me corregia el word) y si te fijas en otras historias hay alguna que otra patada a los signos de puntuacion. despues de unas cuantas historias si me volvi un poco mas exigente, pero al principio (igual que en los comentarios) vas a encontrar las tildes justas o ninguna.

de todas formas, no era mi intencion escribir una obra literaria homenaje a la real academia de la lengua, sino escribir algo para que mis conocidos supieran como me iba, asi que supongo que podemos perdonar un par de faltas de ortografia (aparte que para la Erasmus eso nunca lo han mirado...)

espero que a tu hijo le siga yendo genial en noruega y que la disfrutes mucho, es un lugar precioso.

Anónimo dijo...

jaja Estoy leyendo tus post´s y me parecen simplemente geniales :) ¿Lo de la alemana fue verdad? jaja ¡Qué tía! Bueno, seguiré leyendo más entradas y comentaré en cada una de ellas. Takk! :)

Jonatan-Norway dijo...

hombre, tampoco hace falta que comentes en todas solo por comentar xD creo que he echado muy poca inventiva a las entradas, aunque lo escribi todo dos semanas despues, asi que algun detalle puede haberseme escapado. eso si, la "alemana" imagino que seria una señora noruega (no hay tanta diferencia entre alemanes y noruegos, incluso los idiomas se parecen) y evidentemente no estaba bebida ni drogada, es solo que cuando escribia sobre ello estaba todavia un pelin indignado, y siendo del sur le sale a uno la ironia a la hora de escribir :P