martes, 20 de mayo de 2008

20-05-08: El último empujón.

Aprovechando que tengo un día de productividad estudiantil nula a una semana de mi último examen, que la alarma de incendios (un clásico por aquí) me ha quitado las ganas de estudiar y que necesito perder tiempo como el comer, voy a crear una nueva entrada en el blog, que luego hay gente que se queja de que no doy señales de vida...

Para los que se pregunten como llevo los exámenes la respuesta es la misma de siempre: mal. Yo soy una de esas personas que no importa las patadas que le de la vida, nunca aprende. Aún así, en estos días de tensión estudiantil y ataques varios de incremento manual de la calvicie siempre hay momentos para respirar un poco (léase perder el tiempo) con tan sólo dirigir la mirada a la ventana, ya sea para ver pajaritos:



para descubrir como ligan las gaviotas (y que hay algunas que se hacen las estrechas):



o para ver como los estudiantes de aparejadores que viven en Fantoft se llevan los deberes a casa:



Y es que las ventanas de la gente dan para mucho aquí en Fantoft, desde disfrutar de las vistas:


hasta llamar al vecino ese que nunca sale del cuarto:



Nota: el pobre Guido tenía que estudiar.

Aunque a veces no hace falta ni mirar a la ventana para encontrar cosas que llamen la atención de uno. A veces no hace falta ni salir de casa:


Sí, esa es la puerta de mi compañero de piso. Llegar a casa y encontrarse algo así es, cuando menos, entretenido...

Otras veces lo que puedes hacer en casa también lo puedes hacer fuera de ella, en el bus por ejemplo:



Nota: Lástima que Guido sea un chaval del año pasado, de verdad que me he quedado con ganas de conocerlo...

Y dado que ya he echado bastante rato de perder el tiempo, voy a volver al estudio... uy, si ya es la hora de la cena... Qué remedio, habrá que dejar el estudio para después... jejeje

Ale, un saludo a todos desde Noruega (y perdón por la chorra-entrada). Otro día, más.